Tuesday, December 7, 2010

JONÁS



EL LIBRO DE

JONÁS

Capítulo 1

(862 a.C.)

DIOS MANDA A JONÁS


Y vino Palabra del Señor a Jonás, hijo de Amitay, diciendo (se cree que el Libro de Jonás fue escrito cerca del año 800 a.C., o posiblemente un poco después. Jonás significa «una paloma», mientras que Amitay significa «verídico». «Palabra del Señor», es una declaración decisiva, que afirma y muestra la veracidad del Libro entero. La misma declaración se emplea unas siete veces en todo el Libro, y el número «siete» exclama la totalidad y perfección de la declaración [1:1; 2:10; 3:1, 3;
4:4, 9-10].

«A Jonás, hijo de Amitay, diciendo», señala al Profeta y que él ha de entregar el Mensaje, y ningún otro):

2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de Mí. («Nínive», la capital del poderoso Imperio Asirio, era la fuerza dominante en el mundo de ese día. El Mensaje dado a Jonás por el Espíritu Santo, «Levántate y ve a Nínive», ¡debe haber sido una sorpresa para el Profeta, por decir lo menos! Ningún Profeta jamás había sido enviado, como tal, a los Gentiles, y especialmente a aquellos tan crueles como los Ninivitas.

Además, el mandato dado por el Señor, «Pregona contra ella», ciertamente no era una palabra que había de granjear las simpatías de la gente de esa ciudad. El advertir a los hombres de sus pecados y decirles del Juicio por venir, esté cerca o lejos, rara vez es recibido con aprobación. Por lo general se recibe con hostilidad y censura; por consiguiente, muchos Profetas fueron matados.)

JONÁS REHÚSA Y HUYE DE DIOS

3 Y Jonás se levantó para huir de la Presencia del Señor a Tarsis, y descendió a Jope; y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la Presencia del Señor. («Tarsis» estaba ubicada en la costa sur de España; en dirección opuesta a Nínive. Jonás fue enviado al lejano oriente, pero huyó al lejano occidente. «De la Presencia del Señor», se repite dos veces por el Espíritu Santo, que no es por casualidad sino por designio.)

EL Señor envía UNA TORMENTA

4 Pero el Señor hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave. («Pero el Señor hizo levantar un gran viento en el mar», es la primera de varias frases de esta índole, donde el Señor se interpuso directamente para guiar los asuntos del Profeta.)

ORACIONES DE LOS MARINEROS

5 Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir. (No hay consciencia tan insensible como la de un Creyente desobediente. Los marineros estaban orando, pero Jonás estaba durmiendo. Primero fue a Jope, luego entró a la nave y luego bajó al interior de la nave.

La tormenta era poderosa, y los marineros a bordo trataron de hacer todo lo posible para salvar su nave. Pero el problema no era sus enseres; ¡era Jonás!)

JONÁS MANDADO A ORAR

6 Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá Él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos. (Aquí el estupor del Profeta es reprendido por la fe de los paganos. «Levántate, y clama a tu Dios», le ruega a Jonás a orar a Jehová. ¡«Quizá Él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos», es efectivamente interesante! Aunque estos marineros adoraban a muchos dioses, aquí empleaban la palabra «Dios» con el artículo, «Ha Elojím» [«el Dios»], como que si tuvieran una noción difusa de Una Deidad Suprema, ¡que sin duda tenían!)

SE ECHAN SUERTES;
JONÁS ES ESCOGIDO

7 Y dijeron cada uno a su compañero: Venid, y echemos suertes, para que sepamos por causa de quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás. (La «suerte» que echaron no les mostró el problema, mas solamente la persona que podía señalar el problema. Esa persona era «Jonás».)

CONFESIÓN DE JONÁS

8 Entonces le dijeron ellos: Decláranos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres? (Al considerar como interrogaron a Jonás, las preguntas hechas por estos paganos tocaron el propio centro del Plan de Dios, no solamente para Israel, ¡pero para toda la familia humana, y por todo el tiempo!)

9 Y él les respondió: Soy Hebreo, y temo a Jehová, Dios de los Cielos, que hizo el mar y la tierra. (La última frase significa, al menos para los oídos de estos paganos, que Jehová no era una deidad local, como los dioses falsos que ellos adoraban, sino el Creador del Cielo y la Tierra, el Hacedor y Soberano del mar y de la tierra. Por esta declaración, entendían perfectamente de Quien hablaba; el siguiente Versículo declara su respuesta.)

10 Y aquellos hombres temieron sobremanera, y le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la Presencia de Jehová, pues él se lo había declarado. («Y aquellos hombres temieron sobremanera», declara su entendimiento de la Grandeza de Jehová y del riesgo terrible que uno incurre al ofenderle. La última frase declara su asombro de que uno que adoraba al Creador Todopoderoso desobedeciera Su Mandato. ¡Para ellos, esto pareció escandaloso y aun criminal, y así lo era!)

11 Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más. (Ahora, son muy conscientes del hecho de que su situación no es normal, que están frente a un poder mucho más allá de cualquier cosa que jamás han conocido, y que este hombre Jonás es la causa. La última frase nos dice que la tempestad aumentaba en intensidad a cada momento.)

12 Él les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará: porque yo se que por mí causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros. (Hay un tono de resignación en esta declaración por Jonás, que muestra que había llegado a reconocer su desobediencia, y que no valdría la pena resistir más. ¡Estaba dispuesto a sufrir el destino que se merecía debido a su desobediencia, que creyó ser la muerte!)

13 Y aquellos hombres trabajaron por ha-cer volver la nave a tierra; pero no pudieron, porque el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos. (La primera frase declara el hecho de que aunque estaban seguros de que él era la causa, aún, no estaban seguros de lo que su Dios les haría, puesto que al echarlo al mar significaría su muerte segura. Ahora la tormenta era fiera, y sabían que Jehová era la causa de tal; no importa lo que hicieran, no querían ofender más al Señor.

«Porque el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos», se refiere al Señor que trae las olas en contra de ellos al punto de detener su progreso, pero no para destruir su nave.)

14 Entonces clamaron al Señor y dijeron: Te rogamos ahora, Señor, que no perezca-mos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque Tú, Señor, has hecho como has querido. (¡Esta oración es notable, al considerar que ni conocían, ni servían a Jehová!)

JONÁS ECHADO AL MAR

15 Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor. («Y tomaron a Jonás», significa «con reverencia». «Y lo echaron al mar», significa que lo hicieron con gran pesar, creyendo que sin duda le mandaban a su condenación.

Inmediatamente que fue hecho, el mar cesó de su furia, mostrando que había sido enviado a causa de Jonás, y que no habían pecado ni cometido cualquier tipo de maldad al ejecutar esta sentencia sobre él.)

16 Y temieron aquellos hombres al Señor con gran temor; y ofrecieron Sacrificio al Señor, e hicieron votos. (Aquí es evidente que aceptaron a Jehová por lo que habían visto. «Y temieron aquellos hombres al Señor con gran temor», hace referencia a la Verdad de que temieron a Dios aun más que Jonás, al menos hasta este punto.

«Y ofrecieron Sacrificio al Señor», probablemente significa que ofrecieron un animal inmediatamente, que es lo que el Texto original sugiere. Es posible que a bordo tuvieran un cordero o un becerro, que fue utilizado para este propósito.

«E hicieron votos», significa que se comprometieron continuar ofreciendo Sacrificios a Jehová. Por lo tanto, sus acciones demuestran su creer en Dios, renuncia a la idolatría, y su conversión al Judaísmo.)

17 Pero el Señor tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás: y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches. («Pero el Señor tenía preparado un gran pez», no significa que el pez fue creado allí mismo, sino que el Señor le ordenó estar en un lugar y en un momento determinado con el fin de tragarse a Jonás.

Frank Bullen, un escritor famoso a principios de 1900, declara en sus libros que a menudo vio en el vientre de ballenas, pescados enteros de diez a doces veces el tamaño de un hombre.

«Y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches», se refiere a por lo menos 72 horas, porque habla de tres días literales y tres noches literales.

El carácter histórico de este acontecimiento se confirma aun más por su referencia por Cristo como una figura de Su Propia Sepultura y Resurrección.)

Capítulo 2

(862 a.C.)

ORACIÓN DE JONÁS, ARREPENTIMIENTO

Y LIBERACIÓN


ENTONCES oró Jonás al Señor su Dios desde el vientre del pez (las tres cortas palabras, «Entonces oró Jonás», corresponden al lugar al cual el Espíritu Santo había intentando traer al Profeta desde el principio),

2 Y dijo: Invoqué en mi angustia al Señor, y Él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste. (En los Versículos 2 al 9, el Profeta cita de ocho Salmos — 120, 43, 31, 69, 18, 116, 3, 142.

«Desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste», no significa que Jonás fue al lado ardiente del Infierno, o incluso al Paraíso [que, de hecho, es una parte del Infierno]. Está empleando una metáfora, o un simbolismo, con respecto a la terrible prueba que vivió.

Además, del Texto, no hay pruebas de que literalmente murió y fue resucitado, como algunos enseñan. Básicamente se refiere a la destitución y una situación tan terrible, de la cual solamente el Señor podría liberar.

Por consiguiente, y con gran gozo, una vez más dice, «Y mi voz oíste».)

3 Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; todas Tus Ondas y Tus Olas pasaron sobre mí. («Me echaste a lo profundo, en medio de los mares», se refiere a los marineros, como agentes de la Voluntad Divina, que llevan a cabo esta tarea desagradable.

«Y me rodeó la corriente; todas Tus Ondas y Tus Olas pasaron sobre mí», corresponde al momento entre el momento en que fue echado al mar y cuando fue tragado por el «gran pez». ¡Durante este tiempo, pensó que se iba a ahogar!

Sin duda, su oración comenzó en ese momento; sin embargo, el «seno del Seol» del Versículo 2 realmente habla del seno del «gran pez».)

4 Entonces dije: Desechado soy de delante de Tus Ojos: Pero aun veré Tu Santo Templo. (La primera frase se refiere a su desesperación cuando lo echaron al mar. Sus palabras son similares al Sal. 31:22.

«Pero aun veré Tu Santo Templo», se refiere a cuando ora al Señor y le importuna por Misericordia.)

5 Las aguas me rodearon hasta el alma, me rodeó el abismo; el alga se enredó a mi cabeza. (Existe evidencia que la nave en que Jonás viajó no estaba muy lejos de la costa cuando la tormenta se desató, porque los marineros intentaron remar a la costa para poner a Jonás de nuevo en tierra [vv. 13]. Por consiguiente, es posible que las aguas no eran tan profundas en este lugar en particular, y que él pudo hundirse hasta el fondo, o casi así, cuando fue echado a la borda, dando lugar a «que el alga se enredara a su cabeza». «Las aguas me rodearon hasta el alma», se refiere a que Jonás casi se ahogó.)

6 Descendí a los cimientos de los montes; la Tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Pero Tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Señor Dios mío. («Descendí a los cimientos de los montes; la Tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre», declara la experiencia de Jonás a punto de ahogarse. «Pero Tú sacaste mi vida de la sepultura», hace referencia a ser salvo de ahogarse y de la «corrupción» de los últimos días, en cuanto a su huir de Dios.

El da toda la Alabanza y Gloria al Señor por este gran acto de Misericordia, con la declaración, «Oh Señor Dios mío». ¡La frase muestra que Jonás está de nuevo en comunión con el Señor!)

7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta Ti en Tu Santo Templo. (¡La primera y la última frase se refieren a la desesperación que le hizo clamar al Señor! )

8 Los que siguen vanidades ilusorias, su propia misericordia abandonan. (El hecho de que el sufrimiento y la ruina de sí mismo resultan de la obstinación y el negar de Dios, ahora habían llegado a ser un asunto de experiencia personal para el Profeta, porque había abandonado a Dios y se había unido en viaje con idólatras.

«Su propia misericordia abandonan», ¡es efec-tivamente interesante! Significa que Dios está listo, capaz y dispuesto a mostrar «Misericordia» a cualquiera que se atreve a creerle. ¡El abandonar esto es renunciar a todo!)

9 Pero yo con voz de alabanza Te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La Salvación es del Señor. («La Salvación es del Señor», presenta la última lección que el hombre orgulloso consiente en aprender; porque le enseña que él no puede contribuir a su propia Salvación — porque qué podría hacer Jonás dentro de un gran pez — y entonces, si el hombre ha de ser salvo, la Salvación tiene que ser completamente Divina.

«Pero yo con voz de alabanza Te ofreceré sacrificios», se refiere a la «Ofrenda de Paz», que Jonás esperaba ofrecer cuando fuera posible [Lev. 7:11-12].)

10 Y mandó el Señor al pez, y vomitó a Jonás en tierra. («Y mandó el Señor al pez», otra vez muestra que el Señor tiene control total sobre toda Su Creación. El «pez» rápidamente obedeció al Señor, mientras Jonás no llegó a esta posición tan fácilmente.)

Capítulo 3

(862 a.C.)

SEGUNDA COMISIÓN DE JONÁS;

SU OBEDIENCIA


Y vino Palabra del Señor por segunda vez a Jonás, diciendo (el Capítulo 1 es la historia del llamamiento y rebelión de Jonás, mientras el Capítulo 2 muestra su Arrepentimiento y Salvación de lo que pareció una muerte segura. El Capítulo 3 declara la prédica de Jonás en Nínive y el Arrepentimiento de aquella ciudad.

«Por segunda vez», parece insinuar que Jonás seriamente buscó al Señor con respecto a su comisión; temeroso de hacer algo que el Señor no quisiera, él esperaba hasta oír de nuevo un mandato de Dios. Tal no muestra una reserva de su parte, sino más bien un deseo apremiante de agradar a Dios):

2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que Yo te diré. (La comisión dada aquí es básicamente la misma como la que le fue dada en el Versículo 2 del Capítulo 1. Allí el Espíritu Santo dijo, «Pregona contra ella», mientras aquí Él dice, «Proclama en ella».

«Y Proclama en ella el mensaje que Yo te diré», se refiere al Señor que es el Autor de todo lo que Jonás iba a decir.)

3 Y se levantó Jonás, y fue a Nínive, conforme a la Palabra del Señor. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino. («Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres día de camino», corresponde al tamaño de la ciudad, y no a la distancia del viaje de Jonás. La ciudad tenía cerca de 103 kilómetros [64 millas] alrededor, que requeriría tres días para que un hombre la circundara caminando alrededor de la ciudad.)

4 Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. (La primera frase probablemente significa que Jonás entró en la ciudad cerca de 19 kilómetros [12 millas] de distancia. «Y predicaba», declara que se paraba posiblemente en algún mercado o en una encrucijada congestionada, alzando su voz, y a voz en cuello predicaba el Mensaje que el Señor le había dado. Su Mensaje era como sigue: «De aquí a cuarenta días Nínive será destruida».

Como se halla en Mat. 16:1-4 y Luc. 11:30, Jonás era una «señal» a los Ninivitas; eso es, él fue una ilustración personal de la Ira y la Gracia de Dios.)

NÍNIVE se arrepiente;
MISERICORDIA CONCEDIDA

5 Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. (Aquí tenemos una de las pocas veces en la historia en que un pueblo, aunque pagano, en realidad creyó al Profeta enviado por el Señor. Como tal, se arrepintieron, «desde el mayor hasta el menor», es decir, desde el rey hasta al siervo más humilde.)

6 Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio, y se sentó sobre ceniza. («Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive», declara el hecho de que las muestras de penitencia mencionadas en el Versículo 5 no fueron exhibidas en obediencia a cualquier mandato real; sino más bien, cuando la impresión hecha por el Profeta se difundió entre el pueblo, y a como ellos adoptaron estas formas de mostrar su dolor, la noticia de este movimiento alcanzó hasta el rey, y él se puso a la cabeza de todo esto.

El Monarca que reinaba era probablemente Salmanasar III o uno de los dos que le sucedieron, Asur Danil o Asur Nirari.

«Y se levantó de su silla», declara una dis-posición sincera que abdicaba su posición alta como el Monarca principal del mundo a favor de Jehová. En otras palabras, estaba diciendo, «Señor, Tú eres Rey y, no yo».

«Se despojó de su vestido», también significa una entrega total a los Mandatos del Señor.)

7 E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna, no se les de alimento, ni beban agua (es cierto, que el «mandato del rey y de sus grandes» de ninguna manera causó el Arrepentimiento, sino más bien fue un resultado de lo que ya estaba sucediendo. El Arrepentimiento y la Salvación no pueden hacerse por ley. Tal acción siempre debe que ser un «resultado de», más bien que una «causa de»);

8 Sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. (El verdadero Arrepentimiento siempre involucra separación del mal. «Y clamen a Dios fuertemente», se refiere a todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, admitiendo sus pecados delante de Dios y que merecían la destrucción, pero estaban rogando misericordia.

«Y conviértase cada uno de su mal camino», es, como hemos dicho, el mismo ingrediente del Arrepentimiento. La idea es convertirse del «mal camino» al «Camino de Dios». Dios no salva «en pecado», sino más bien «del pecado». ¡Por lo tanto, la idea de que la Sangre de Jesucristo es la única diferencia entre los salvos y los no salvos es efectivamente algo ridículo!

«De la rapiña que hay en sus manos», se refiere a los «actos de violencia» que sus manos habían cometido. Esto era, de hecho, el pecado especial de los Asirios — siempre ambiciosos de apoderarse de imperios, oprimiendo a las demás naciones, haciéndolo con gran violencia. ¡Eran un pueblo extremadamente cruel!)

9 ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de Su ira, y no pereceremos? (Su terminología, en la forma de una pregunta, «¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios?», declara un entendimiento de Dios de una mayor dimensión que la mayoría. A pesar de que las Escrituras no lo dicen, aún, parece que Jonás pudo haber tenido una audiencia personal con el rey, porque el Versículo 6 dice, «Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive». Es improbable que él hubiera tenido un buen entendimiento de los asuntos Espirituales a base del mero rumor, que parece que sí tenía.

«Y no pereceremos», corresponde al Monarca que genuinamente creyó la Palabra del Señor, ¡que no es el caso con la mayoría en la actualidad!)

10 Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo. (Temor y un sentido de culpabilidad causa que alguien se arrepienta; amor y un sentido de piedad, Dios; porque Él reserva la libertad de acción a Sí Mismo. Con Dios, el Arrepentimiento significa un cambio de propósito o acción y nunca involucra maldad de Su Parte. Con el hombre, el Arrepentimiento también significa cambio de propósito o acción, pero siempre se refiere a la maldad de parte suya.

La frase, «Y vio Dios lo que hicieron», no se refiere a la Salvación por medio de las obras, sino que su fe tenía obras, las cuales eran el Arrepentimiento [Stg. 2:26].)

Capítulo 4

(862 a.C.)

descontento, ENOJO Y QUEJA
DE JONÁS


PERO Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. (La consciencia moral del hombre exige castigo para el mal, y una ortodoxia carnal requiere la supresión de misericordia y compasión. Jonás estaba indignado religiosamente de que los delitos y crueldades de Nínive fuesen considerados levemente por Dios de esta forma y perdonados, así como un hombre moral se asombra con la idea de que Dios perdona, y limpia en un instante, hasta el pecado más vil, a base de la confesión apropiada y entrega a Él [I Jn. 1:9].)

2 Y oró al Señor y dijo: Ahora, oh Señor, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que Tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de gran misericordia, y que Te arrepientes del mal. (En este Versículo, Jonás cita Éx. 34:6 y Núm. 14:18. Sin duda él razonaba que una destrucción total de Nínive, manifiestamente Divina, daría ventaja a su propia nación en el sentido Espiritual y político. Quitaría su opresor y, al mismo tiempo, convencería a sus paisanos de la iniquidad y necedad de la idolatría.

Además, el Plan de Dios era enseñar a Israel por el ejemplo de Nínive cuán inexcusable era su propia impenitencia y cuán inevitable su ruina.

Hay toda indicación por su pregunta, «¿No es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra?», que el Señor ya le había dicho que Nínive se arrepentiría, si el Mensaje era entregado apropiadamente. Jonás no deseaba esto, por lo tanto, en primera instancia, rehusó ir.

Su declaración, «Por eso me apresuré a huir a Tarsis», nos dice que no quería que Nínive fuera perdonada. Tal actitud es inconcebible, pero aun eso continúa plagando la Iglesia moderna.)

3 Ahora pues, oh Señor, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. (Primero, Jonás probablemente pensaba que sus conciudadanos no estarían felices en absoluto con el cambio en los eventos en cuanto a Nínive; y de eso, es probable que tuviera razón. Sin embargo, lo que los demás piensan es de poca importancia; ¡lo que cuenta es lo que Dios piensa!)

LECCIÓN DE DIOS A JONÁS

4 Y el Señor le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto? (Independientemente de la actitud de Jonás, el trato del Señor al Profeta, como siempre, era con ternura. ¿El Señor le pide considerar si su enojo es razonable?)

5 Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad. (La frase, «Y salió Jonás de la ciudad», apoya el concepto de que él pensaba que todavía habría posibilidad de que Dios destruiría Nínive. Lo vemos dejando este Mover de Dios porque no tomó satisfacción en ver la conversión de este pueblo.)

6 Y preparó el Señor Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera. («Y preparó el Señor Dios una calabacera», declara la misma acción como el «Señor preparó un gran pez», y después «preparó el gusano», y el «viento del este». Por lo tanto, Jonás se disgusta, mientras que el Señor está listo.)

7 Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó. (Las emociones religiosas que son personales y no del Espíritu Santo pueden ser fácilmente afectadas por la provisión o pérdida de las comodidades materiales, porque tales en realidad no son de Fe. Por lo tanto ahora, el Señor preparará un gusano para herir la calabacera. ¡El Señor está enseñando al Profeta que Él puede dar y Él puede quitar!)

8 Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un viento del este con calor abrasador, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida. (Él pudo haber estado en Nínive regocijándose con el pueblo por la Misericordia de Dios, ¡pero más bien está sentado afuera en el desierto deseando morir! La obstinación es Satánica; por lo tanto, el Espíritu Santo usará todo para quitar de nosotros este mal. Alguien ha dicho bien: El Señor murió en el Calvario no solamente para salvarnos del pecado, sino también para salvarnos de nosotros mismos.)

9 Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. (Es bien asombroso cuando uno comienza a tomar nota de la variedad de nombres usados del Señor en estos Pasajes [Vs. 6-9]. La producción de la calabacera se atribuye a «Jehová-Elojím» [vv. 6], que es un nombre compuesto, que sirve para señalar la transición de «Jehová» en Versículo 4 a «Elojím» en los Versículos 7 y 8.

«Jehová» Quien responde a la queja del Profeta [vv. 4] prepara la planta como «Elojím», el Creador, y el gusano como «Ha Elojím» el Dios Personal.

Del mismo modo, «Elojím», el Gobernador de la naturaleza, envía el viento del este para corregir la impaciencia del Profeta. En el Versículo 10, «Jehová» resume la historia y enseña la lección que se debe aprender de todo esto.

¡A pesar de la actitud del Profeta, el Señor continúa siendo paciente con él! ¡Qué maravilloso Señor al cual servimos!)

10 Y dijo el Señor: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció («En la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer», se refiere al Profeta que no tiene ninguna inversión en la planta, pero aún se aflige por su pérdida, porque representaba una pérdida para él personalmente):

11 ¿No tendré Yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales? (Muchos han malentendido esta Escritura, creyendo que Nínive contenía solamente 120.000 personas. Sin embargo, la frase, «Que no saben discernir», se refiere solamente a los infantes. Por lo tanto, ¡la población de esta ciudad debe haber sido alrededor de 500.000
o más!

El Libro termina abruptamente, pero su propósito se ha cumplido. Jonás tuvo que callar; no puede contestar, solo puede confesar que estaba totalmente equivocado y que Dios es Justo — por lo tanto, el motivo de este Libro.

Jonás aprendió la lección que Dios quiere que todos los seres humanos sean salvos, y que cualquier cosa que obstaculice el camino de esta tarea imprescindible importante es enormemente desagradable y ajeno a Su Designio. Cuanto tiempo permaneció Nínive fiel al Señor, no se nos dice.)

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