Thursday, December 9, 2010

Hechos 1 - 5 Español

HECHOS

CAPÍTULO 1

(33 d.C.)

POSRESURRECCIÓN

E N el primer tratado (se refiere al Evangelio de Lucas, que probablemente fue terminado un año y tanto antes de escribir este relato llamado, «Los Hechos de los Apóstoles»), O Teófilo (la misma persona al cual Lucas se dirigió en aquel Evangelio), he hablado de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar (es el Estándar, el Principal y el Fundamento del Evangelio),

2 Hasta el día en que fue recibido arriba (la Resurrección), después de dar Mandamientos por el Espíritu Santo (se refiere a que el Espíritu de Dios es el Orador y el Actor en este Libro) a los Apóstoles que escogió (se refiere al Ministerio de nuestro Señor de aproximadamente tres años y medio, del cual los Apóstoles presenciaron):

3 A los cuales, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables (muchas personas Lo vieron después de Su Resurrección, y antes de Su Ascensión), apareciéndoles durante cuarenta días (a partir del momento de la Resurrección hasta el momento de Su Ascensión), y hablándoles del Reino de Dios (parece que se incluyó mucha enseñanza durante este período de tiempo):

EL ESPÍRITU SANTO

4 Y estando juntos (se refiere al momento cuando Él subió de regreso al Padre; probablemente era durante el tiempo cuando se le apareció «a más de quinientos» [I Cor. 15:6]), les Mandó (no una sugerencia) que no se alejaran de Jerusalén (el lugar del Templo donde el Espíritu Santo descendería), sino que esperaran la Promesa del Padre (hace referencia al Espíritu Santo que el Padre prometió [Luc. 24:49; Joel, cap. 2]), la cual, les dijo, oísteis de Mí (ustedes también Me oyeron decir estas cosas [Jn. 7:37-39; 14:12-17, 26; 15:26; 16:7-15]).

LA PROFECÍA

5 Porque Juan a la verdad bautizó con agua (simplemente simbolizaba el mejor Bautismo que los Creyentes podían recibir antes del Día de Pentecostés); pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de estos (se refiere al Día de Pentecostés venidero, aunque Jesús no usó ese término en ese instante).

6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo (aparentemente da los detalles de la última reunión antes de la Ascensión), Señor, ¿restituirás el Reino a Israel en este tiempo? (Él contestaría más tarde este interrogante por medio del Apóstol Pablo [II Tes., cap. 2].)

7 Y les dijo, No toca a vosotros saber los tiempos o las épocas que el Padre puso en Su Sola potestad (el Maestro dice que no es asunto de los seguidores de Cristo ocuparse en saber esta información, sino más bien «Ocupad entre tanto que Yo vengo» [Luc. 19:13]).

EL PODER

8 Pero recibiréis poder (Poder para Obrar Milagros) del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros (expresamente dice que este «Poder» está inherente en el Espíritu Santo, y únicamente en Su Dominio): y Me (sin el Bautismo con el Espíritu Santo, realmente no se puede conocer a Jesús como ha de conocerlo) seréis testigos (no significa testificar a las almas, sino más bien entregarse en toda su capacidad a Cristo, hasta dar su vida por Él) en Jerusalén, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la Tierra (hace bien claro que la Obra de Dios tiene alcance mundial).

LA ASCENCIÓN

9 Y habiendo dicho estas cosas (se refiere a Sus últimas instrucciones para Sus seguidores), viéndolo ellos, fue alzado (se refiere a Él que sube delante de su vista); y una nube le recibió y Lo ocultó de sus ojos (representa la Gloria Shekiná de Dios, que envolvió a Cristo cuando Él ascendía).

EL SEGUNDO ADVENIMIENTO

10 Y estando con los ojos puestos en el Cielo, entre tanto que Él iba (estas declaraciones son importantes porque afirman Su Ascensión misma presenciada por testigos oculares), he aquí, dos varones se pusieron junto a ellos en vestidos blancos (estos dos «hombres» eran en realidad Ángeles);

11 Los cuales también les dijeron, Varones Galileos, ¿por qué estáis mirando al Cielo? (No significa que solamente varones estaban presentes, sino que era un término común que se usaba tanto para hombres como para mujeres.) Este mismo Jesús que fue tomado de vosotros arriba al Cielo (se refiere al mismo Cuerpo Humano con las marcas de los clavos en Sus Manos y Pies, etc.), así vendrá como Le habéis visto ir al Cielo (se refiere al mismo lugar, que es el Monte de los Olivos).

EL APOSENTO ALTO

12 Entonces se volvieron a Jerusalén del Monte que se llama de los Olivos (representa, como se dijo, el lugar de Su Ascensión, que también será el lugar de Su Descenso), el cual está cerca de Jerusalén camino de un Sábado (representa un poco menos de un kilómetro [media milla]).

13 Y entrados, subieron al aposento alto (probablemente la misma habitación donde ellos comieron la Pascua con Cristo [Luc. 22:12]), donde moraban Pedro y Santiago, Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, y Simón el Zelote, y Judas hermano de Jacobo (este Judas también se llama «Lebeo» y «Tadeo» [Mat. 10:3; Marc. 3:18]).

14 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego (expone la manera cómo se condujeron estas reuniones), con las mujeres, y con María la Madre de Jesús (tiene que ver con las mujeres que siguieron a Cristo desde Galilea [Mat. 27:55-56]), y con Sus hermanos.

EL SUCESOR DE JUDAS ISCARIOTE

15 Y en aquellos días, Pedro, levantándose en medio de los Hermanos (representa a Pedro que toma la delantera), dijo (y era el número de los nombres como de ciento veinte en número) (en esencia es el comienzo de la «Iglesia»),

16 Varones hermanos, convino que se cumpliese La Escritura, la cual dijo antes el Espíritu Santo por la boca de David, de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús (derivado de Sal. 69:25-28).

17 El cual era contado con nosotros, y recibió parte en este Ministerio (quiere decir que él era uno de los Apóstoles, y escogido por el Señor).

18 Este, pues, adquirió un campo del salario de su iniquidad (se refiere a los Fariseos que tomaron el dinero manchado con la sangre de Judas y compraron su lugar de entierro [Mat. 27:6-8]); y colgándose, reventó por medio, y todas sus entrañas se derramaron (él se suicidó [Mat. 27:3-8]).

19 Y fue notorio a todos los moradores de Jerusalén (en realidad quiere decir que «se dio a conocer»); de tal manera que aquel campo es llamado en su propia lengua, Acéldama, que es, Campo de sangre (también conocido como el «Campo del Alfarero»).

20 Porque está escrito en el Libro de los Salmos, Sea hecha desierta su habitación, y no haya quien more en ella; y, (indica que el nombre de Judas estaba en el Libro de la Vida, pero fue borrado debido a su pecado): Tome otro su cargo (se refiere a su Apostolado).

21 Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros (probablemente se refiere a los setenta [Luc. 10:17]),

22 Comenzando desde el Bautismo de Juan, hasta el día que fue recibido arriba de entre nosotros (abarca la totalidad de los tres años y medio del Ministerio de Cristo), uno sea hecho testigo con nosotros de Su Resurrección (aprendemos de esto que la Resurrección de Cristo de entre los muertos es una Doctrina Cardinal del Evangelio).

23 Y señalaron a dos, a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías (ellos presentarían a estos dos al Señor para Su selección).

24 Y orando (muestra su dependencia completa en el Señor para recibir dirección y ayuda), dijeron, Tú, Señor, que conoces los corazones de todos (nos dice solamente dónde se puede encontrar la Verdad), muestra cuál escoges de estos dos (expresa su deseo de tener la Selección de Dios y Solo Su Selección),

25 Para que tome el oficio de este Ministerio y Apostolado (el Fundamento de la Iglesia), del cual cayó Judas por transgresión (nos dice claramente que Judas una vez conocía al Señor, pues ¿cómo puede caerse de algo del cual nunca ha alcanzado?), para irse a su lugar (la obstinación le llevará al Infierno eterno, justo como Judas fue llevado).

26 Y les echaron suertes (parecido al Urim y Tumim con que los Discípulos estaban familiarizados y por lo cual el Señor, en tiempos del Antiguo Testamento, dio dirección a Su Pueblo [Deut. 33:8-10; Núm. 27:21]); y cayó la suerte sobre Matías (probablemente quiere decir que los nombres de los dos hombres fueron colocados en dos piedras, pedazos de pergamino o madera, y luego colocados en una urna, para echar a suertes [Lev. 16:8-9; Jos. 14:2]); y fue contado con los Once Apóstoles (indica que él era la Selección de Dios).

CAPÍTULO 2

(33 d.C.)

PENTECOSTÉS

Y CUANDO se cumplieron los Días de Pentecostés (la Fiesta de Pentecostés, una de las siete grandes Fiestas ordenadas por Dios y en que participaba Israel cada año; ocurría cincuenta días después de la Pascua), estaban todos unánimes juntos (no en el Aposento Alto donde ellos se reunían antes, sino más bien en el Templo [Luc. 24:53; Hch. 2:46]).

2 Y de repente vino un estruendo del Cielo como de un viento recio que corría (muestra la venida del Espíritu Santo en una nueva dimensión, todo hecho posible por la Cruz), el cual llenó toda la casa (el Templo) donde estaban sentados (estaban probablemente en el Atrio de los Gentiles).

3 Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego (el único registro de tal en el Nuevo Testamento, y era el cumplimiento de la Profecía de Juan el Bautista acerca de Jesús [Mat. 3:11]), que se asentó sobre cada uno de ellos (se refiere a todos los que estaban allí, no sólo los Doce Apóstoles; el número exacto no se conoce).

4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo (todos fueron llenos, no sólo los Apóstoles; como resultado de la Cruz, el Espíritu Santo podía entrar ahora en los corazones y vidas de todos los Creyentes para morar permanentemente [Jn. 14:16]), y comenzaron a hablar en otras lenguas (la evidencia física inicial que una persona ha sido Bautizado con el Espíritu, y fue predicho por el Profeta Isaías [Isa. 28:9-12], y por Cristo [Marc. 16:17; Jn. 15:26; 16:13]), como el Espíritu les daba que hablasen (quiere decir que ellos no lo iniciaron, sino que lo inició el Espíritu; como veremos, éstas eran lenguas conocidas en algún lugar en el mundo, pero no por el orador).

5 Moraban entonces en Jerusalén Judíos, varones religiosos, provenientes de toda na-ción debajo del Cielo (los Judíos en esa época fueron dispersados por todas partes del Mundo Romano, y miles de personas llegaban de cada nación para guardar la Fiesta).

6 Y hecho este estruendo (las multitudes que estaban en el Templo oyeron y vieron lo que ocurría, y también, comenzaban a contarlo a los demás), se reunió la multitud (lo que pasaba atraía una multitud), y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar su propia lengua (quiere decir que estos Judíos espectadores oyeron a esta gente que hablaba en muchas lenguas distintas, de hecho, lenguas de la nación de su origen, de dondequiera que llegaron, que da por sentado que esto no era un bullicio o balbuceo como algunos afirman).

7 Y estaban atónitos y maravillados (casi siempre tenía que ver con el hablar en otras lenguas), diciendo, He aquí, ¿no son Galileos todos estos que hablan? (Significa que el acento Galileo era distinto y conocido [Marc. 14:70; Luc. 22:59].)

8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en que somos nacidos? (Demuestra otra vez que esto no era bullicio, ni mera cháchara, ni balbuceo, sino más bien una lengua conocida en alguna parte del mundo, pero no era la lengua nativa de la misma persona que hablaba.)

9 Partos y Medos, y Elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea y en Capadocia, en el Ponto y en Asia,

10 En Frigia y Panfilia, en Egipto y en las partes de África que está más allá de Cirene, y Romanos extranjeros, tanto Judíos como convertidos,

11 Cretenses y Árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las Maravillas de Dios (nos enseña lo que realmente es el hablar en lenguas, una declaración de las «Obras Maravillosas de Dios»).

12 Y estaban todos atónitos y perplejos (debería haberse traducido, «y quedaron perplejos;» ellos no tenían ninguna respuesta racional para su perplejidad), diciendo los unos a los otros, ¿Qué significa esto? (Este interrogante se hizo más con asombro que en espera de una respuesta.)

13 Pero otros burlándose, decían (ellos se mofaron; ya sea por gesto o por palabra, se mofaron del Testimonio de lo que se dio por el Espíritu Santo), Que están llenos de mosto (era realmente una acusación de que estaban ebrios, es decir, «intoxicados»; algunos se asombraron y otros «se mofaron», lo que ocurre hasta hoy día).

PEDRO

14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los Once, alzó su voz, y les habló diciendo (Pedro iba a predicar el Mensaje inaugural de la Iglesia en ese Día de Pentecostés), Varones Judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras (probablemente se predicó el Mensaje en el Pórtico de Salomón, parte del Atrio de los Gentiles; donde los debates y cosas parecidas se celebraban frecuentemente):

15 Porque éstos no están borrachos, como vosotros pensáis (en efecto, dice que estaban ebrios, pero no en la forma normal), siendo la hora tercera del día (9:00 de la mañana).

16 Sino que esto es lo que fue dicho por medio del Profeta Joel (por favor observe que Pedro no dijo, «esto cumple lo dicho por el Profeta Joel», sino más bien, «esto es lo que..» que significa que esto continuará);

17 Y será en los postreros días, dice Dios (proclama que estos «postreros días» que comenzaron en el Día de Pentecostés, y seguirán a través de la Gran Tribulación venidera), Derramaré de Mi Espíritu sobre toda carne (habla de toda la gente en todas partes y, por lo tanto, no se limitaban por alguna localidad geográfica particular; también, no se limitaban con respecto a raza, color o credo): Y vuestros hijos y vuestras hijas Profetizarán (incluye ambos géneros); y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros viejos soñarán sueños (todo dado por el Espíritu Santo; la lengua Hebrea indica, «tanto los varones jóvenes como ancianos verán visiones, y tanto los ancianos como los jóvenes soñarán sueños»; también se aplica a los dos géneros):

18 Y de cierto sobre Mis siervos y sobre Mis siervas en aquellos días Derramaré de Mi Espíritu (tiene el propósito de dirigirse deliberadamente a dos clases de personas a quienes se daban muy poco estatus en el pasado, a los esclavos y a las mujeres); y Profetizarán (pertenece a uno de los «Dones del Espíritu» [I Cor. 12:8-10]):

19 Y daré prodigios arriba en el Cielo, y señales abajo en la Tierra; sangre y fuego y vapor de humo (corresponde a estos «días de Mi Espíritu» abarcarán la totalidad de la Edad de la Iglesia, hasta en la Gran Tribulación venidera; aquel límite de tiempo ya alcanza casi dos mil años):

20 El sol se volverá en tinieblas, y la luna en sangre (no tiene la intención de ser literal, sino más bien que la luna va a parecer como sangre roja como resultado de las condiciones atmosféricas), antes que venga el Día del Señor, grande y manifiesto (la Segunda Venida):

21 Y será que todo aquel que invocare el Nombre del Señor, será salvo (Joel 2:30-32; presenta una de las declaraciones más gloriosas que jamás se haya dicho; esto incluye tanto a Judíos como a Gentiles igualmente).

22 Varones Israelitas, oíd estas palabras (el Mensaje inaugural de la Iglesia); Jesús Nazareno, Varón aprobado de Dios entre vosotros (Jesús siempre tiene que ser el tema de nuestro Mensaje; Él fue aprobado por Dios, pero no por los hombres) en maravillas y prodigios y señales, que Dios hizo por Él en medio de vosotros (lo que Pedro sabía directamente, porque él estaba allí), como también vosotros sabéis (tantas cosas sucedieron que no había absolutamente excusa alguna para que ellos no lo supieran):

23 A Éste, entregado por determinado designio y providencia de Dios (era el Plan de Dios que Jesús muriera en la Cruz; sin embargo, esto no era el Plan de Dios para que los líderes religiosos de Israel hicieran esta cosa; era de su propia maquinación y selección), prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, crucificándole (¡presenta un cargo tan serio que es imposible describirlo! sin embargo, si ellos buscaran la misericordia y el perdón, Dios les perdonaría, como lo veremos):

24 Al cual Dios levantó (tiene que ver con la Resurrección), sueltos los dolores de la muerte (la muerte no podía sujetarlo porque Él expió todo pecado, la paga del pecado es muerte [Rom. 6:23]): por cuanto era imposible que fuera retenido por ella (la muerte hubiera gustado retenerlo en su apretón, pero no se pudo porque Él le quitó su derecho legal; como se dijo, Él expió todo pecado, que derrotó la muerte, a Satanás y a todos los principados y potestades [Col. 2:14-15]).

25 Porque David dice de Él (Sal. 16:8-11), Veía al Señor siempre delante de Mí, porque está a Mi Diestra, no seré conmovido (por la Cruz, Cristo merecía esta posición a la Diestra del Padre, que habla de poder y autoridad, todo de nuestra parte [Heb. 1:3]):

26 Por lo cual Mi corazón se alegró (tiene que ver con Cristo que se regocijaba acerca de la garantía de Su Padre y la protección en cuanto a Su descenso al mundo de la muerte; Él sabía que el Padre Lo sacaría), y se regocijó Mi lengua (se refiere a las cosas que Él dijo con respecto a Su Resurrección [Mat. 16:21; 17:23; 20:17-19; Marc. 8:31]); Y aun Mi carne descansará en esperanza (se refiere a apoyarse en las Promesas de Dios acerca de la Resurrección):

27 Pues no dejarás Mi Alma en el Infierno (no era la parte ardiente del Infierno [Luc. 16:19-31]), Ni Tú (Dios El Padre) darás a Tu Santo que vea corrupción (Su Cuerpo físico, sin pecado, no vio ninguna corrupción, que normalmente acompaña la muerte; de hecho, fue glorificado y levantado de entre los muertos).

28 Me hiciste conocer los caminos de la Vida (presenta a Cristo como el Patrón de comportamiento, y también presenta no solamente la Resurrección de Sí Mismo, sino la de todos los Creyentes); Me llenarás de gozo con Tu presencia (el Rostro de Dios resplandeció realmente sobre Cristo, y resplandece sobre nosotros también, porque estamos «en Cristo»).

29 Varones hermanos, se os puede decir con franqueza del Patriarca David (muestra la única oportunidad en Las Escrituras en que se refirió a David como un «Patriarca»), que murió, y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy (se incluyó aquí para disipar las nociones erróneas sostenidas por los Fariseos y los líderes religiosos de Israel acerca del Mesías).

30 Pero, siendo Profeta (tiene que ver con muchas de las Profecías que David declaró en los Salmos en cuanto a Cristo), y sabiendo que con juramento le había Dios jurado que del fruto de su lomo, en cuanto a la carne (II Sam. 7:11-16), Él (Dios) levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono (para sentarse en el Trono de David, que no se ha cumplido todavía, pero de seguro va a cumplirse en la Edad del Reino venidero; todo esto demuestra la Encarnación, Dios que se hace Hombre y lo hace por el linaje de David);

31 Viéndolo (David) antes, habló de la Resurrección de Cristo (dice a los líderes religiosos de Israel que David claramente Profetizó que Jesús se levantará de entre los muertos [Sal. 16:8-11]), que Su Alma no fue dejada en el Infierno (como se declaró, Él no fue al lado ardiente del Infierno, sino más bien al Paraíso [Luc. 16], y así también a algunas prisiones particulares en aquella región infernal [I Ped. 3:19-20]), ni Su carne vio corrupción (Él no fue atormentado en el Infierno como algunos lo enseñan, tampoco había descomposición alguna en Su Cuerpo físico; sino que fue Glorificado).

32 A este Jesús (Al que Crucificaron) resucitó Dios (habla del Jesús físico y no de cierto espíritu), de lo cual todos nosotros somos testigos (Pedro les dice que a pesar de lo que digan, todo Israel sabe que Jesús fue resucitado de entre los muertos).

33 Así que, levantado por la Diestra de Dios (Cristo es exaltado ahora, no sólo como Creador, sino también como Salvador, que fue hecho posible por la Cruz), y recibiendo del Padre la Promesa del Espíritu Santo (demuestra que Jesús fue aceptado por el Padre porque el Espíritu Santo fue enviado de regreso, justo como fue Prometido [Jn. 16:7]), ha derramado esto que vosotros veis y oís (ellos vieron a la gente y oyeron que hablaban en lenguas).

34 Porque David no subió a los Cielos (Pedro dijo esto para demostrar que David no declaró estas Profecías acerca de él mismo, sino más bien acerca de Aquel que había de venir, es decir, el Señor Jesucristo; desde luego, algunos de los líderes religiosos de Israel declaraban que estas Profecías se relacionaban con David, y no tuvieron nada que ver con Jesús, lo que Pedro rechaza rotundamente): empero él (David) dice, Dijo el Señor a Mi Señor (Dios el Padre Le dijo a Dios el Hijo), Siéntate a Mi Diestra ([Sal. 110:1] aquí es donde Jesús mora ahora [Heb. 1:3]),

35 Hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus Pies (todo hecho posible por la Cruz [Col. 2:14-15] pero no será efectuado completamente hasta la conclusión de la Edad del Reino [Apoc., cap. 20; I Cor. 15:24-25]).

36 Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel (Pedro se dirigió directamente hacia los líderes religiosos de Israel, y es inspirado por el Espíritu Santo), que a éste Jesús que vosotros crucificasteis, Dios ha hecho Señor y Cristo (Jesús era y es «Jehová», y también, el «Mesías» de Israel).

EL RESULTADO

37 Entonces oído esto, fueron compungi-dos de corazón (el Poder de convicción del Espíritu Santo), y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles, Varones hermanos, ¿qué haremos? (declaraba que esta gente, quienquiera que sea, estaba deseosa de ponerse bien con Dios.)

38 Y Pedro les dice, Arrepentíos (admitir que Dios tiene razón, y nosotros estamos equivocados), y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo (por la autoridad de aquel Nombre; no existe ninguna fórmula bautismal en el Libro de los Hechos; Cristo dio la única fórmula en Mat. 28:19) para perdón de los pecados (debiera traducirse, «a causa de la remisión de los pecados»; se Bautiza en Agua porque los pecados ya fueron remitidos a raíz de la Fe en Cristo, y no porque los pecados debieran ser remitidos), y recibiréis el Don del Espíritu Santo (el arrepentimiento garantiza la Salva-ción, que prepara al Creyente para que esté listo a ser Bautizado con el Espíritu Santo; el Creyente no es Bautizado con el Espíritu automáticamente en la conversión; es una experiencia que le sigue a la Salvación, y siempre está acompañada con el hablar en otras lenguas [Hch. 2:4; 10:44-46; 19:1-7]).

39 Porque para vosotros (dirigido a muchos de los Judíos que estaban de pie en el Templo escuchando a Pedro ese día) es la Promesa (del Bautismo con el Espíritu Santo), y para vuestros hijos (quiere decir que este gran derramamiento no se detuvo con el derramamiento inicial, sino que continúa), y para todos los que están lejos (significa que no es sólo para aquéllos en Jerusalén, sino para el mundo entero también), para cuantos el Señor nuestro Dios llamare (aquel «Llamado» es a «quienquiera» [Jn. 7:37-39; Apoc. 22:17]).

40 Y con otras muchas palabras testificaba y exhortaba (nos explica que sólo tenemos cierta parte del Mensaje de Pedro), diciendo, Sed salvos de esta perversa generación (es un llamado al Arrepentimiento).

41 Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados (algunos creyeron lo que Pedro dijo, entregaron sus corazones a Dios y se arrepintieron de sus pecados; entonces ellos fueron Bautizados en Agua): y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas (durante el primer Día de Pentecostés, el Día en que se entregó la Ley, unos tres mil hombres murieron [Éx. 32:28]; durante este Día de Pentecostés, como resultado de la Cruz, unas tres mil personas fueron salvas).

LA IGLESIA PRIMITIVA

42 Y perseveraban en la Doctrina de los Apóstoles (aquella Doctrina se encuentra en el Versículo 38), y en la comunión, y en el partimiento del pan (tenía que ver con la celebración de la Cena del Señor, que se llevó a cabo en un ambiente probablemente mucho más informal que en la actualidad), y en las oraciones (simplemente quiere decir que era una Iglesia de oración).

43 Y toda persona tenía temor (se refiere al Movimiento y la Operación del Espíritu Santo; viendo las cosas que el Espíritu hacía, todos tenían un sentir de admiración reverencial, maravilla y temor): y muchas maravillas y señales eran hechas por los Apóstoles (el Espíritu Santo hizo esto a fin de dar a la Iglesia un gran principio; todo esto siguió, justo como tiene el propósito de seguir, pero teniendo como una base más limitada, como lo explica la última parte del Libro de los Hechos).

44 Y todos los que creían estaban juntos (como resultado de la gran animosidad de los Judíos contra los seguidores de Cristo, los Creyentes tuvieron que unirse), y tenían todas las cosas comunes (como resultado de miles que perdieron sus empleos a raíz de la persecución, aquéllos que tenían bienes materiales compartieron con aquéllos que no tenían);

45 Y vendían las posesiones, y las haciendas (ellos vendieron cosas que de veras no necesitaban, a fin de que pudieran ayudar a aquéllos que estaban en gran necesidad), y las repartían a todos, según lo que cada uno necesitaba (representaba una comunidad Cristiana como resultado de la gran persecución que estaba cerca).

46 Y perseverando unánimes cada día en el Templo (en cierto modo, el Templo fue convertido en una Iglesia, que de seguro causaba mucha irritación a las autoridades religiosas), y partiendo el pan en las casas (quiere decir que la Iglesia en sí estaba realmente resguardada en casas por todas partes en Jerusalén), comían juntos con alegría y con sencillez de corazón (ellos tenían gozo que la persecución no les iba a molestar),

47 Alabando a Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo (Jerusalén en conjunto estaba impresionado favorablemente por lo que vieron con respecto a estos seguidores de Cristo). Y el Señor añadía cada día al número de la Iglesia los que iban siendo salvos (muchos venían al Señor).

CAPÍTULO 3

(33 d.C.)

SANIDAD

P EDRO y Juan subían juntos al Templo a la hora de oración, la de novena (3:00 de la tarde).

2 Y un hombre que era cojo desde el vien-tre de su madre, era traído, a quien ponían cada día (parece haber sido una ocurrencia diaria que sucedía muy a menudo de una manera u otra desde la niñez de este hombre; poco se daba cuenta que ese día sería el día más grande de su vida) a la puerta del Templo que se llama la Hermosa (según Josefo, fue hecho de un costoso bronce de Corinto; se dice que estaba casi de 23 metros [cerca de 62 pies] de ancho y 11 metros [31 pies] de alto), para que pidiese limosna de los que entraban en el Templo (él era un mendigo).

3 Éste, como vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el Templo, rogaba que le diesen limosna.

4 Y Pedro, con Juan, fijando los ojos en él (indica que fueron conmovidos por el Espíritu Santo a hacer esto), dijo, Mira a nosotros (Pedro quiso que escuchara lo que él estaba por decir).

5 Entonces él estuvo atento a ellos, esperando recibir de ellos algo (esperando recibir dinero).

6 Y Pedro dijo, Ni tengo plata ni oro (¿Me pregunto cómo esta declaración que Pedro dio con respecto a la plata y el oro se relaciona con el mensaje moderno de avaricia?); pero lo que tengo te doy (precisamente en este momento, la Iglesia moderna tiene bastante plata y oro, pero no tiene el Poder de Dios): en el Nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda (no está en el nombre de Mahoma, ni Confucio, etc.).

7 Y tomándole por la mano derecha le levantó (no fue presunción, sino más bien la Fe en acción): y luego fueron afirmados sus pies y tobillos (era un milagro).

8 Y saltando, se puso en pie, y anduvo; y entró con ellos en el Templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.

9 Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios (constantemente alababa a Dios).

10 Y conocían que él era el que se sentaba a solicitar limosna a la Puerta del Templo, la Hermosa (él solía ir allí, sin lugar a dudas, durante años): y fueron llenos de asombro y de espanto por lo que le había acontecido (su sanidad era innegable).

11 Y aferrado a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado (no quiso que ni Pedro ni Juan se escapasen de su vista; le parecía como que su aflicción le volvería si ellos lo dejaran, o eso era lo que pensaba), todo el pueblo concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón, atónitos (lo sucedido atrajo a una multitud, precisamente lo que era la intención del Espíritu Santo).

EL SERMÓN

12 Y viendo esto Pedro (la multitud que se reunía), respondió al pueblo, Varones Israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? (En esencia, él declaraba que Jesús vive y Su Obra continúa.) o ¿por qué ponéis los ojos en nosotros, como si con nuestra virtud o piedad hubiésemos hecho andar a éste? (Él se quita de sí mismo la atención y la de Juan y se la dirige al Señor Jesucristo.)

13 El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a Su Hijo Jesús (Crisóstomo dijo, «Él se apoyaba en los Patriarcas de la antigüedad, no sea que él apareciera haber introducido una nueva doctrina».); al cual vosotros entregasteis (tiene que ver con los Principales Sacerdotes que entregaron a Jesús a Pilato para ser Crucificado), y negasteis delante de Pilato, juzgando Él que había de ser suelto (el Espíritu Santo culpa en gran parte a los líderes religiosos de Israel).

14 Pero vosotros negasteis al Santo y Justo (pone en relieve el terrible pecado de Israel, y también el terrible pecado de la mayoría de la humanidad, y por todas las edades), y pedisteis que se os diese un homicida (habla de Barrabás [Mat. 27:15-26], ¡y desde entonces los dominaban unos asesinos!);

15 Y matasteis al Autor de la vida (Pedro no tenía pelos en la lengua, no ablandaba su Mensaje de ninguna manera), Al Cual Dios ha resucitado de los muertos (la Resurrección, como sería obvio, ratificó lo que se hizo en la Cruz); de lo cual nosotros somos testigos (quiere decir que ellos habían visto personalmente al Cristo Resucitado; no hay testigo mejor que un testigo ocular).

16 Y por medio de la Fe de Su Nombre, a éste que vosotros veis y conocéis (no había manera alguna de negar el Milagro), ha confirmado su Nombre (¡presenta el enigma de todas las cosas!): y la Fe que por Él (Jesús) es, ha dado a este (el hombre lisiado) esta completa sanidad en presencia de todos vosotros (no era una sanidad parcial, sino una sanidad total, así es como obra el Señor).

17 Pero ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros Dirigentes (aunque ellos eran ignorantes, lamentablemente era una ignorancia voluntariosa; en otras palabras, no tenían ningún deseo de saber la Verdad acerca de Jesús).

18 Pero Dios ha cumplido (explica que Su Muerte fue predestinada, pero no predestinada en cuanto a quien cometería el hecho) así lo que había antes anunciado por boca de todos Sus Profetas (en otras palabras, si ellos hubieran entendido la Biblia, que seguramente debieron haber entendido, ellos hubieran tenido conocimiento de Jesús), que Su Cristo había de padecer (la totalidad de la Historia de la Biblia es «Jesucristo y Él Crucificado»).

19 Así que, arrepentíos y convertíos (el arrepentimiento es un reconocimiento de que Dios tiene razón, y que nosotros estamos equivocados; él le hablaba a los Dirigentes así como a la gente), para que sean borrados vuestros pecados (habla de la Justificación por la Fe), para que vendrán los tiempos de refrigerio de la Presencia del Señor (debiera haberse traducido, «a fin de que los tiempos de refrigerio vengan de la Presencia del Señor»);

20 Y enviará a Jesucristo (pertenece a la Segunda Venida [Apoc., cap. 19]), que os fue antes anunciado (por los Profetas, y también el Ministerio público de Cristo a Israel durante aproximadamente tres años y medio):

21 A Quien de cierto es necesario que el Cie-lo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas (se refiere a Jesús que permanece en el Cielo hasta que esta Dispensación de la Gracia haya cumplido su curso, después de la cual Él volverá a esta Tierra), que habló Dios por boca de Sus Santos Profetas que han sido desde tiempos antiguos (otra vez, si ellos hubieran entendido la Palabra de Dios, que en esa época consistía en Génesis a Malaquías, habrían entendido todas estas cosas).

22 Porque Moisés dijo a los Padres (Deut. 18:15-19), El Señor vuestro Dios os levantará Profeta de vuestros hermanos, como yo (la Promesa del Mesías); a Él oiréis en todas las cosas que os hablare (no podía estar más claro).

23 Y será, que cualquier alma que no oiga a aquel Profeta (se refiere a la totalidad del mundo), será desarraigada del pueblo (¡será eternamente perdido!).

24 Y todos los Profetas desde Samuel (aunque hubieron Profetas antes de Samuel, él era el primero en colocarse en la Oficina de Profeta) y en adelante, todos los que han hablado, han anunciado estos días (se refiere a todos los Profetas, al menos de una manera u otra, señalaban al Redentor venidero, Quien sería el Señor Jesucristo).

25 Vosotros sois los hijos de los Profetas (quiere decir que ellos debieran haber entendido lo que los Profetas declararon), y del Pacto que Dios concertó con nuestros Padres (se refiere al Pacto Abrámico [Gén. 12:1-3]), diciendo a Abraham, Y en tu simiente serán benditas todas las familias de la Tierra (habla de Jesucristo como aquella «Simiente»).

26 A vosotros primeramente (se refiere a la oferta de la Salvación hecha primero a los Judíos [Luc. 24:47; Rom. 1:16; 2:10]), Dios, habiendo levantado a Su Hijo (se refiere a la Resurrección), le envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su (la maldad suya) maldad (sólo Jesús podía hacer esto, lo que Él hizo por medio de Su Obra expiatoria en la Cruz [Ef. 2:13-18]).

CAPÍTULO 4

(33 d.C.)

LA PERSECUCIÓN

Y HABLANDO ellos al pueblo, sobrevinieron los Sacerdotes, y el magistrado del Templo, y los Saduceos (los «Saduceos» casi completamente controlaban el Sumo Sacerdocio, y realmente la mayor parte de los deberes Sacerdotales del Templo),

2 Resentidos de que enseñasen al pueblo (preocupados), y anunciasen en Jesús la resurrección de los muertos (estaban enojados porque se predicaba acerca de Jesús y la Resurrección, la Doctrina que los Saduceos negaron [Luc. 20:27]).

3 Y les echaron mano (los detuvieron), y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente (una pequeña prisión en los confines del Templo): porque era ya tarde.

4 Mas muchos de los que habían oído la Palabra, creyeron (ellos creyeron en Cristo, por eso Lo aceptaron como el Mesías de Israel y el Salvador de los hombres); y fue el número de los varones como cinco mil (parece que solamente representa a hombres, pues al incluir mujeres y niños, se podía sumar a unos diez mil o más).

5 Y aconteció al día siguiente, que los Dirigentes de ellos, y los Ancianos, y los Escribas,

6 Y Anás, Sumo Sacerdote, y Caifás, y Juan (probablemente era Joanán Ben Zakkai, un Rabino famoso de esa época) y Alejandro (probablemente era Alejandro Lisímaco, uno de los Judíos más ricos de su día que contribuía muy generosamente al Templo), y todos los que eran del linaje Sacerdotal (posiblemente los cinco hijos de Anás estaban presentes), se juntaron en Jerusalén (algunos de ellos probablemente no vivían en Jerusalén, pero por casualidad se encontraban allí en ese momento).

7 Y haciéndolos presentar en medio (Pedro y Juan), les preguntaron, ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto? (Por el hombre lisiado que fue sanado, ellos ya sabían la respuesta.)

8 Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo (el Espíritu Santo se menciona de una u otra forma en el Libro de los Hechos más de cincuenta veces), Dirigentes del pueblo, y Ancianos de Israel (el Espíritu Santo, por medio de Pedro, indica la responsabilidad que estos líderes religiosos tenían como guías espirituales de la gente),

9 Pues que somos hoy demandados acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo (¡expresa que Pedro, en efecto, se preguntaba ¿cómo o por qué una buena acción como ésta se debiera poner en tela de juicio en absoluto?!), de qué manera éste haya sido sanado (presenta la causa de la actitud y la acción del cuerpo dirigente de Israel);

10 Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel (otra vez, Pedro lo declara sin tener pelos en la lengua), que en el Nombre de Jesucristo de Nazaret (deseó que no hubiese error alguno con respeto a Quien él se refería; desde el Bautismo con el Espíritu Santo, Pedro no es el mismo hombre que era cuando negó a Cristo ante una joven doncella; él iba a defender vigorosamente ahora a Cristo delante de todo el cuerpo dirigente de Israel), al que vosotros crucificasteis (hace hincapié en la palabra «vosotros», así intencionada y directamente colocaba la culpa del terrible pecado de Crucificar a su Mesías directamente en ellos; como se mencionó, él no retuvo nada) y Dios Le resucitó de los muertos (proclama palabras que ellos seguramente no quisieron oír), por Él este hombre está en vuestra presencia sano (trajeron evidentemente al hombre con Pedro y Juan delante del Concilio; en esencia, Pedro decía que un muerto no podía producir estos resultados).

11 Éste es la Piedra reprobada de vosotros los edificadores (Jesús es la Piedra [Sal. 118:22-23]), la cual es puesta por Cabeza del Ángulo (Israel Lo rechazó, pero esto no paralizó el Plan de Dios; Israel sólo tuvo éxito en destruirse).

12 Y en ningún otro hay Salvación (declara claramente que Jesús Solo tiene la llave de la Salvación, y de hecho es la Salvación): porque no hay otro nombre debajo del Cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (¡lo dice todo!).

SUELTOS

13 Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan (no sólo tiene que ver con lo que fue dicho, sino también con el poder con que fue dicho), sabido que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban (quiere decir que ellos no habían estudiado en las Escuelas Rabínicas; ¡de hecho, ellos no fueron personas «sin letras e ignorantes», sino más bien todo lo opuesto!); y les conocían que habían estado con Jesús (esto lo explica todo).

14 Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba con ellos (¡presenta un cuadro hermoso!), no podían decir nada en contra (¡revela la prueba que era obvia a todos!).

15 Mas les mandaron que se saliesen fuera del Concilio (expone el hecho de que Dios había abandonado este Concilio hace ya mucho tiempo), y conferían entre sí (pero no con Las Escrituras),

16 Diciendo, ¿Qué hemos de hacer a estos hombres? (¿Por qué querían ellos hacer algo negativo a estos hombres?) porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar (deduce que las noticias de la Sanidad Milagrosa de este hombre se habían extendido de costa a costa, aun en las últimas pocas horas).

17 Todavía, para que no se divulgue más por el pueblo (parece que presenta su mayor temor), amenacémoslos, que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este Nombre (automáticamente coloca la situación en una actitud que no se puede obedecer).

18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el Nombre de Jesús.

19 Entonces Pedro y Juan, respondiendo, les dijeron, Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros o a Dios (en efecto, Pedro y Juan decían que estos líderes religiosos no eran de Dios, no hacían la Obra de Dios, y por consiguiente, no tenían la Mente de Dios, independientemente de sus afirmaciones).

20 Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído (hay dos grupos de Cristianos, aquéllos que «no pueden decir» y aquéllos que «no dejan de decir»).

21 Ellos entonces los despacharon amenazándolos, no hallando ningún modo de castigarlos (¿qué hicieron ellos para merecer aquel castigo?), por causa del pueblo (temieron una revuelta): porque todos glorificaban a Dios de lo que había sido hecho (¡y con razón!).

22 Porque el hombre en quien había sido hecho este Milagro de Sanidad, era de más de cuarenta años (conlleva la idea que este hombre era maduro, responsable, y por lo tanto, se le podía creer).

LA ALABANZA Y LA ORACIÓN

23 Y sueltos (Pedro y Juan ya no estaban detenidos), vinieron a los suyos (probablemente los demás Apóstoles y otros, quizás muchos otros), y contaron todo lo que los Principales Sacerdotes y los Ancianos les habían dicho (cuenta el primer relato de la oposición contra la Iglesia Primitiva; no se tardaba mucho tiempo).

24 Y ellos, habiéndolo oído (oyeron el relato), alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron (todos oraban de una u otra forma): Señor, Tú eres el Dios que hiciste el Cielo y la Tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay (un compendio de lo que fue dicho):

25 Que por boca de David, Tu siervo, dijiste (se refiere al Segundo Salmo), ¿Por qué han bramado las gentes, y los pueblos han pensado cosas vanas? (Usado por el Espíritu Santo para referirse a estos líderes religiosos acerca de Jesús. Revela que el Mesías es la Persona del Cual hablaba el Segundo Salmo.)

26 Asistieron los Reyes de la Tierra, y los Dirigentes se juntaron en uno contra el Señor, y contra Su Cristo (este Salmo se refiere a toda la oposición contra Cristo desde un principio, pero en mayor parte se refiere al Anticristo venidero).

27 Porque verdaderamente contra Tu Santo Hijo Jesús, al Cual ungiste (declara a Jesús como el cumplimiento de todas las Profecías, el Hijo de Dios, El Que es El Encarnado, el Salvador de los Hombres), Herodes y Poncio Pilato, con los Gentiles (los Romanos) y los pueblos de Israel, se juntaron en esta ciudad (ellos «se juntaron» con el propósito explícito de Crucificar a Cristo),

28 Para hacer lo que Tu Mano y Tu Consejo habían antes determinado que había de ser hecho (se refiere a la predestinación con relación a Cristo, Su Muerte en la Cruz del Calvario y Su Resurrección de entre los muertos; pero otra vez declaramos que aquéllos que debían Crucificarlo no fueron determinados por Dios; ellos hicieron este cruel hecho por su propia elección).

29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas (explica que aquéllos que estaban orando para entregar a estos gobernantes y a otros al Señor, a fin de que Él pudiera encargarse de la situación): y da a Tus siervos que con toda confianza hablen Tu Palabra (declara todo lo opuesto de lo exigido por los líderes religiosos de Israel),

30 Que extiendas Tu Mano a que sanidades (explica la petición por más Sanidades y Milagros); y milagros, y prodigios sean hechos por el Nombre de Tu Santo Hijo Jesús (todos se refieren al Poder de Dios, pero en el «Nombre de Jesús»).

31 Y cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló (esto literalmente ocurrió; el lugar de la asamblea tembló, e hizo así por el Poder de Dios); y todos fueron llenos del Espíritu Santo (significa que el Espíritu Santo les guiaba y les dirigía), y hablaron la Palabra de Dios con confianza (al contestar el Señor su oración les dio más valor, y en consecuencia no vacilaron en hablar; es algo que la Iglesia moderna desesperadamente necesita también, y lo tendría si el Espíritu Santo estuviera predominante y presente).

LOS CREYENTES

32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma (se refiere a la unidad que sólo el Espíritu Santo puede efectuar; los esfuerzos del hombre para hacer esto siempre fallan): y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes (otra vez, se refiere a la gran persecución sufrida por los Creyentes en Jerusalén de esa época; muchos que vinieron a Cristo perdieron sus empleos porque fueron excomulgados de la Sinagoga; muchos fueron echados de sus casas, etc.; por eso, los otros que no sufrieron estas pérdidas tuvieron que compartir, lo que ellos de buena gana
hicieron)
.

33 Y los Apóstoles daban testimonio de la Resurrección del Señor Jesús con gran esfuerzo (fue hecho por el Espíritu Santo que ungió de gran manera a los Apóstoles para dar testimonio de la Resurrección de Cristo, y también por las señales y las maravillas realizadas): y gran gracia era sobre todos ellos (es una representación del principio de la gran dispensación de la Gracia, que en verdad comenzó en el Día de Pentecostés).

34 Que ningún necesitado había entre ellos (aquéllos que perdieron su empleo, etc., fueron suplidas sus necesidades): porque todos los que poseían heredades o casas, vendiéndolas, traían el precio de lo vendido (se refiere a las posesiones que sobraron, etc.),

35 Y lo ponían a los pies de los Apóstoles (fueron confiados con esta generosidad): y era repartido a cada uno de acuerdo a su necesidad (no hay indirecta alguna del comunismo aquí, como algunos han sugerido).

36 Entonces José, que fue llamado de los Apóstoles por sobrenombre, Bernabé (Bernabé llegó a ser un Profeta y un Apóstol [Hch. 1:13; 14:14]), (que es interpretado, Hijo de consolación) Levita, natural de Chipre (él era un Judío que había nacido en Chipre y había vivido allí durante un período considerable de tiempo, así como su padre lo había hecho antes que él; siendo un Levita, era de la clase Sacerdotal, aunque no era un Sacerdote),

37 Como tuviese una heredad, la vendió, y trajo el precio, y lo puso a los pies de los Apóstoles (probablemente se refiere a una propiedad en Chipre).

CAPÍTULO 5

(33 d.C.)

ANANÍAS Y SAFIRA

M AS un varón llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una posesión (la historia de este hombre y su esposa fue colocada aquí en detalle gráfico por el Espíritu Santo como una advertencia),

2 Y defraudó del precio, sabiéndolo también su mujer (al instante proclama la concepción de este gran pecado y su engaño al llevarse a cabo), y trayendo una parte, la puso a los pies de los Apóstoles (un plan minucioso con una aplicación muy amplia; efectuando con cierto propósito en mente).

3 Y dijo Pedro, Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para mentirle al Espíritu Santo (presenta dos Dones del Espíritu en operación: «el Discernir de Espíritus», y «una Palabra de Conocimiento»; ¿cuántos millones de Cristianos profesantes mienten en la actualidad al Espíritu Santo?), y defraudases del precio de la heredad? (Detalla su plan insidioso.)

4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu potestad? (Significa simplemente que Dios no les exigió vender la propiedad, o dar todo el dinero que se recibió a la Obra del Señor.) ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? (Nos revela en dónde se origina el pecado.) No has mentido a los hombres, sino a Dios (en realidad representa el objeto de todo pecado; ¡está en contra de Dios!).

5 Entonces Ananías, oyendo estas palabras, cayó y murió (cayó muerto al instante): y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron (es el tipo de temor sano a Dios que todos los hombres debieran tener).

6 Y levantándose los jóvenes, le tomaron, y sacándolo, le dieron sepultura (lo prepararon para el entierro).

7 Y pasado espacio como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido.

8 Entonces Pedro le dijo, Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo, Sí, en tanto (todo esto parece indicar que éstos no eran forasteros entre los miles que llegaron a ser salvos, sino que eran bien conocidos; ¡ella tenía la oportunidad de decir la verdad, pero no lo hizo!).

9 Y Pedro le dijo, ¿Por qué os concertasteis para tentar al Espíritu del Señor? (La pregunta de Pedro acerca de la tentación al Espíritu Santo parece insinuar que el Espíritu de Dios trató mucho con ellos, pero fue en vano. Ellos desecharon Sus Advertencias.) He aquí, a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán (parece insinuar que el Señor ya le había dicho a Pedro lo que su reacción sería, y que los mismos jóvenes que habían atendido a su marido esperaban hacer lo mismo con ella).

10 Y luego cayó a los pies de él, y murió (muestra el Juicio de Dios que la mató exactamente como había matado a su marido): y entrados los jóvenes, la hallaron muerta, y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido (la prepararon para el entierro).

11 Y vino un gran temor en toda la Iglesia, y en todos los que oyeron estas cosas (en vista de que el Espíritu Santo vuelve a hacer la misma declaración como la que hizo en el Versículo 5, nos hace comprender que se debe temer a Dios y también elogiarlo; además, si ha de saberlo, el mismo Juicio está ocurriendo hoy en día, pero no tan dramático; el Espíritu Santo es el mismo, por lo tanto, el resultado tiene que ser lo mismo).

PODER

12 Y por las manos de los Apóstoles habían muchos milagros y prodigios en el pueblo (la Iglesia fue fundada en el Poder de Dios, y tiene la intención de salir adelante por el Poder de Dios); (y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón (describe una columnata con techo que llevaba el nombre de Salomón, que corría a lo largo del muro oriental en el Atrio de los Gentiles del Templo de Herodes).

13 Y de los otros, ninguno osaba juntarse con ellos (a los Apóstoles): mas el pueblo los alababa grandemente (sabían que los Apóstoles eran del Señor y que el Señor los usaba en gran manera, por lo tanto no le encontraron ninguna falta).

14 Y los que creían en el Señor se aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres.) (Podría haber por lo menos cuarenta o cincuenta mil, o aun más.)

15 Tanto que echaban los enfermos por las calles, y los ponían en camas y en lechos (claramente se refiere a dos o tres calles diferentes por las cuales Pedro y los Apóstoles llegaban al Templo cada día; la muchedumbre era tanta que no podían entrar todos en el Atrio del Templo), para que viniendo Pedro, a lo menos su sombra tocase a alguno de ellos (implica que cuando esto sucedía, la sanidad ocurría).

16 Y aun de las ciudades vecinas concurría multitud a Jerusalén, trayendo enfermos (explica que este Movimiento de Dios se había extendido) y atormentados de espíritus inmundos (probablemente implica que muchas de las enfermedades fueron causadas por espíritus demoníacos): los cuales todos eran sanados (liberados y sanados).

PERSECUCIÓN

17 Entonces levantándose el Sumo Sacerdote (habla de Anás o de Caifás, no está claro), y todos los que estaban con él, que es la secta de los Saduceos, se llenaron de celo (se refiere a la «envidia» o los «celos»),

18 Y echaron mano a los Apóstoles (se refiere a los Doce), y los pusieron en la cárcel pública.

LIBERACIÓN

19 Mas el Ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel (debiera haberse traducido, «un Ángel»; era uno de los muchos Ángeles que sirven como Espíritus Ministradores a los Creyentes [Heb. 1:14]), y sacándolos, dijo (los sacó de la prisión),

20 Id, y estando en el Templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida (muestra instrucciones contrarias a las de los líderes religiosos; éstas son «Palabras» que anuncian la Vida Eterna a los hombres perdidos).

21 Y cuando hubieron oído esto, entraron de mañana en el Templo, y enseñaban (expresa que era la noche anterior que fueron liberados por el Ángel). Entre tanto, viniendo el Sumo Sacerdote, y los que eran con él, convocaron el Concilio, y a todos los ancianos de los hijos de Israel (la totalidad del Sanedrín Judío, el cuerpo gobernante de Israel), y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos (estaban por recibir una gran sorpresa).

22 Mas como llegaron los ministros, y no los hallaron en la cárcel, volvieron, y dieron aviso (¡indica un escenario absolutamente increíble, y al mismo tiempo totalmente verdadero!),

23 Diciendo, Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad (explica que nada estaba fuera de lugar, y las cerraduras no se habían tocado), y los guardas que estaban delante de las puertas (se refiere a que las guardias no tuvieron ni idea de lo que había pasado): mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro (¿qué debieron haber pensado estos carceleros?).

24 Y cuando oyeron estas palabras el Dirigente y el Magistrado del Templo y los Principales Sacerdotes (¡imagínese su sorpresa!), dudaban en qué vendría a parar aquello (estaban totalmente perplejos; ¡nadie podía explicar lo que había pasado ni adonde esto pararía!).

EL JUICIO

25 Pero viniendo uno, les dio esta noticia, He aquí, los varones que echasteis en la cárcel, están en el Templo, y enseñan al pueblo (obedecieron exactamente lo que el Ángel les había dicho que hicieran).

26 Entonces fue el Magistrado con los ministros, y los trajo sin violencia (quiere decir que ellos no los sujetaron, sino simplemente les pidieron que los siguieran): porque temían del pueblo ser apedreados (temieron a la gente, pero no temieron a Aquél que manifestó Su Poder en la apertura de la prisión, porque sus corazones y conciencias fueron endurecidos con el odio contra Él y Sus seguidores).

27 Y cuando los trajeron, los presentaron en el Concilio (sugiere que el Sanedrín completo de setenta y un miembros estaban presentes, además de los espectadores): y el Sumo Sacerdotes les preguntó,

28 Diciendo, ¿No os denunciamos estrechamente, que no enseñaseis en este Nombre? y, he aquí, habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina (expresa el éxito de su Predicación y Enseñanza), y queréis echar sobre nosotros la sangre de este Hombre (procura ahora evitar su propia imprecación, después de haber exclamado antes que «Su Sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos» [Mat. 27: 25]).

29 Y respondiendo Pedro y los Apóstoles, dijeron (significa que su respuesta fue al instante e inequívocamente claro), Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres (en esta valiente respuesta no había orgullo ni obstinación; había fidelidad, sometimiento a la Verdad e inteligencia en Las Escrituras; Hervey dijo, «la regla es de oro para todos los hombres, todas las circunstancias y para siempre»).

30 Dios de nuestros padres levantó a Jesús (Pedro conecta a Jesús con los Patriarcas y los Profetas de la antigüedad, también con Dios), al Cual vosotros matasteis colgándole de un madero (coloca la responsabilidad del asesinato de Cristo directamente sobre los hombros del Sanedrín).

31 A Éste Dios ha ensalzado con Su Diestra (se refiere al hecho de que el Poder de Dios no sólo levantó a Jesús de los muertos, sino también Lo ha sentado a Su Propia Diestra en los Cielos [Rom. 8:34; Ef. 1:20]) por Príncipe y Salvador (como «el Príncipe», Él es el Líder Titular de Israel y la Iglesia; como el «Salvador», Él es el «Libertador», y no hay ningún otro), para dar a Israel arrepentimiento y remisión de pecados (nos dice que no sólo es el Señor Jesús el Medio del Perdón y la Vida, sino que Él es el Dispensador de ambos; ¡como también, Él «Da», no vende!).

32 Y nosotros somos testigos Suyos de estas cosas (en efecto, dice que su Doctrina no sólo era una filosofía, sino más bien relatos de testigos oculares), y también el Espíritu Santo, El Cual ha dado Dios a los que Le obedecen (el testimonio del Espíritu Santo en el corazón y vida de los Creyentes garantiza la veracidad de todo lo que Cristo hizo en la Cruz).

33 Ellos, oyendo esto, se enfurecieron (las palabras de Pedro promulgadas con convicción poderosa), y consultaban matarlos (es la reacción que proviene normalmente del mundo de la religión).

GAMALIEL

34 Entonces levantándose en el Concilio un Fariseo llamado Gamaliel, Doctor de la Ley, venerable a todo el pueblo (constituye a uno de los Rabinos Judíos más famoso y honrado; Él era el Nieto de Hilel y le sucedió como Presidente del Sanedrín después de la muerte de Su Padre, el Rabino Simeón, el hijo de Hilel), mandó que sacasen fuera un poco a los Apóstoles (a fin de que su palabra de sabiduría fuese dada a los miembros del Sanedrín);

35 Y les dijo, Varones Israelitas, mirad por vosotros acerca de estos hombres en lo que habéis de hacer (claramente, el Espíritu Santo se manifestó en él para tomar esta posición).

36 Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien (es claro que tiene que ver con una insurrección particular dirigida por este hombre, que había ocurrido recientemente); al que se agregó un número de hombres como cuatrocientos: el cual fue matado; y todos los que le creyeron fueron dispersos, y reducidos a nada (se refiere a aquéllos que quedaron embaucados por este Mesías autonombrado, o algo semejante).

37 Después de éste, se levantó Judas el Galileo en los días del empadronamiento, y llevó mucho pueblo tras sí (otro incitador de sedición): pereció también aquél; y todos los que consintieron con él, se dispersaron (explica que éstos tendrán el mismo fin que aquéllos bajo Teudas).

38 Y ahora os digo, Dejaos de estos hombres, y dejadlos (en efecto, Gamaliel decía, «déjenlos solos, Roma se encargará del problema»): porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá (en este caso, ese consejo estaba en lo correcto):

39 Mas si es de Dios, no la podréis deshacer (expresa una gran Verdad como la dio Gamaliel); no seáis tal vez hallados resistiendo a Dios (presenta la peor posición en que alguien puede encontrarse).

PERSECUCIÓN

40 Y convinieron con él (por lo menos en cuanto a no matarlos): y llamando a los Apóstoles, después de azotados (demuestra un castigo cruel y brutal que era cobarde e injusto), les ordenaron que no hablasen en el Nombre de Jesús, y los soltaron (manifiesta la segunda vez que les ordenaron que no debían Predicar en ese Nombre [Hch. 4:17-18]).

REGOCIJO

41 Y ellos partieron de delante del Concilio (expresa aquello del cual el Señor hace mucho ya se había apartado), gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre (indica el primer golpe agudo de la persecución; fue amargo y doloroso a la carne, pero causó regocijo en el espíritu; la deshonra es la Gloria si se sufre a causa del Nombre).

42 Y todos los días, en el Templo (los demuestra vigorosa y correctamente que destacaron a sus Jueces ilegales, mientras que ellos siguieron predicando que Jesús era el Mesías Prometido) y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo (nos dice que las Iglesias de esa época se reunían en casas en su mayor parte, y probablemente en su totalidad).

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